martes, 14 de abril de 2009

EL VALS DE LOS LOCOS (Para acabar con todas las guerras) fundamentos 1

LA CIENCIA Y LA CRIMINALIZACION DE LA NECESIDAD.
En estos últimos años va delineándose cada vez más clara la presencia simultánea de dos tipos de guerra: la guerra imperialista y los movimientos antimperialistas presentes un poco en todo el mundo; y la guerra cotidiana, perpetua, para la cuál no hay previstos armisticios: la guerra de la paz, con sus instrumentos de tortura y sus crimenes, que se va habituando a aceptar el desorden, la violencia, la crueldad de la guerra como norma de la vida de paz.
Hospitales, cárceles, manicomios, fábricas, escuelas, son los lugares en los que se llevan a cabo y se perpetúan estos crímenes en nombre del orden y de la defensa del hombre. Pero el hombre al que se quiere defender no es el hombre real: es aquello que el hombre debe ser después de la cura, del adoctrinamiento, de la destrucción, el achatamiento de sus potencialidades, la recuperación. Es el hombre escindido, separado, dividido, sobre el cuál es posible este tipo de manipulación para su total adaptación a este orden social que vive de la criminalización y del crimen.
Hospitales y farmacias matan más de cuanto logran curar (una estadística americana ha recoonocido que el 80% de la medicina sirve para curar enfermedades generadas por la medicina misma). Las cárceles producen más delincuentes que aquellos que son encarcelados, los manicomios fabrican los enfermos a la medida: esto es, producen pasividad, apatia y aniquilamiento, necesarios para el control y conducción de la administración hospitalaria. En las fábricas se explota a los obreros, constriñendolos en condiciones de trabajo nocivas y destructoras, donde las "muertes blancas" son presupuestas como un mal necesario para el progreso del hombre. Las escuelas continúan sin enseñar y sin desarrollar su papel educativo, eliminando a quien no ha "aprendido" y a quien no ha sido "educado". Los estudiantes que exigen una restructuración de la enseñanza y una garantía para su futuro, son acusados de subvertir el orden público, mientras los estudios universitarios están cada vez más decadentes y descalificados, tanto que nos encontramos, por un lado, puestos de trabajo para quien se ha preparado en el exterior o ha entrado en las escuelas de especialización de las industrias, y por el otro, una nueva oleada de desocupados o subocupados. Mares y ríos están contaminados y son inaccesibles porque llevan en el agua la muerte química que las industrias producen, y sólo frente a esta muerte general se proyectan gastos de miles de millones para depuradores e instalaciones de filtrado que podían ser construidos para prevenirla y no para apresurarse a las reparaciones después de los funerales.
Todo esto en nombre del bien de la comunidad, en nombre del progreso que dará al hombre el bienestar y la felicidad.
Pero ¿cuál hombre?

"LOS CRIMENES DE LA PAZ" escrito en 1975 por Franco Basaglia y Franca Basaglia Ongaro. Siglo veintiuno editores. México