martes, 14 de julio de 2009

LUCIA MORETT Y EL TEATRO. UNA RELACION VERDADERA (PRIMERA PARTE)

Mucho se ha puesto en duda acerca de la vida teatral de Lucia Andrea Morett Álvarez, esa mujer a la que todos creen conocer a través de lo que se dice de ella en los medios, esa mujer acerca de la cual todos hablan con una propiedad tal que parecieran haber convivido con ella todos y cada uno de los días de su vida.

Como sea, Lucia Morett se ha convertido en el símbolo vivo de la polarización que hunde a este país en un absurdo debate en el cuál pareciera dividirse el mundo de manera reduccionista y simple a dos bandos, la izquierda y la derecha con sus respectivas ultras. Polarización que al parecer es el "logro" más visible de un país que paso de la guerra del "cállate chachalaca" y el "ganamos haiga sido como haiga sido" al país de la guerra interminable "contra el narco" con su respectiva cuota de "algunas vidas que se perderán" (muertos a manos llenas, decapitados, mutilados y torturados), el país del desgobierno donde a un luchador social se le sentencia a más de cien años de prisión y en contraste a viejos narcotraficantes y ladrones de bancos se les reducen las penas a solo 25 o 30 años de los cuales ya han purgado la mayor parte,donde la instancias correspondientes no han sido capaces de resolver una larguisima cadena de homicidios contra mujeres que parece no tener fin, donde no se persigue a los defraudadores y criminales de cuello blanco o donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación opta por retardar la respuesta a la demanda de justicia de los padres de 48 niños muertos en aras de la irresponsabilidad de un gobierno y su descompuesta y pestilente burocracia en materia de seguridad social porque ahorita es el momento de salir de vacaciones.

En medio de todo ese caos la sociedad se vuelca en una especie de guerra civil a través de los medios para condenar o defender a una mujer cuya realidad personal se desconoce por completo y a la cual solo se le reconoce por lo que hoy es noticia.

Se le juzga, se le desea lo peor, se exige mano dura contra ella, se da por hecho, se le sataniza, se le llama terrorista, se afirma que secuestraba, que ponía bombas, que empuñaba armas y luego se le sentencia en el más penoso alarde de ignorancia y soberbia que se haya visto en mucho tiempo en esta nación donde, salvo esas pequeñas oportunidades para despotricar por algo y en contra de alguien materialmente NO PASA NADA que cambie la cruda realidad.

Y no solo se ha puesto en duda esa verdad insoslayable acerca de la vida teatral de Lucia Morett sino que en ocasiones pretende evadirse o negarse el dato, atribuyendo todo este asunto a cuestiones políticas o jurídicas, cuando el origen de toda esta situación tiene una de sus aristas en esa investigación de campo que su PROYECTO de tesis de licenciatura requería para adquirir un valor real y un peso que trascendiera la mera recopilación de datos efectuada en una biblioteca.

Se han manipulado los datos reales generados por toda esta circunstancia afirmando por ejemplo que la UNAM desmentía a Lucia negando haber autorizado, como institución, una misión académica en Ecuador, Es verdad. La UNAM no miente, Lucia tampoco lo hace. La realidad es una: La UNAM le ha brindado todo su apoyo.

Lucia nunca afirmo estar ahí de parte de la institución y si dijo estar por cuenta propia aprovechando la posibilidad circunstancial de conocer un campamento guerrillero para investigar las posibles manifestaciones culturales que se pudieran dar en ese lugar y específicamente las de orden teatral que, pese a quien le pese, existen y son reales, pensando en todo momento en el beneficio que dicha visita podría traer a esa tesis que ella proyectaba realizar acerca de las formas teatrales surgidas en Colombia en los últimos cuarenta años.

Todo movimiento guerrillero ha generado manifestaciones artísticas de mayor o menor nivel, poesía, música, teatro, narrativa, plástica y demás etcéteras. Grupos teatrales mexicanos desde la década de los setentas han conocido la experiencia de recorrer Centro y Sudamérica en circunstancias difíciles dando funciones o impartiendo talleres, alojándose en casas de seguridad de la guerrilla o bien han participado en intercambios de orden cultural en medio de las luchas intestinas de esos países. El teatro, más allá de la academia, tiene una función social y no es un arte cuyo objetivo sea nada más que el mero entretenimiento.

Esa tesis que tanto se insiste en negar, existe, es un trabajo cuyo rigor académico en el plano de la investigación tiene un valor por sí misma, en ella se expone la inquietud de una estudiante de teatro por encontrar el verdadero sentido de esa FUNCION SOCIAL que el teatro imperativamente debe tener, en ella se accede a los motivos que una persona tiene para estudiar una carrera llamada Literatura Dramática y Teatro después de ver el montaje de una obra llamada “Guadalupe años sin cuenta” escrita y dirigida de manera colectiva por un grupo llamado “La Candelaria” originario de Colombia, en ella se cuestionan esos valores que la Academia da por sentados para el estudio de un arte cuyos orígenes no han sido dilucidados del todo, en fin, en ella se analiza la necesidad PROFESIONAL de documentar aquello que no ha sido compendiado a través de un trabajo de campo que permita acceder al conocimiento de testimonios que aún no se han dicho pero que—como la tesis de Lucia-- evidentemente existen.