martes, 28 de julio de 2009

LUCIA MORETT Y EL TEATRO, UNA RELACION VERDADERA (PART 5)

AGONIA (La Balada de Sacco y Vanzetti) fue estrenada durante una jornada teatral llevada a cabo en el FARO de Oriente, que, al no contar con un recinto teatral nos obligó a ser lo suficientemente creativos para resolver la puesta en escena. El inmueble que alberga la llamada Fábrica de Artes y Oficios de Oriente es, arquitectónicamente, similar a la enorme nave de un barco en cuyo interior, y distribuidos en dos niveles a lo largo de su superficie, se encuentran una serie de talleres y pequeños salones y oficinas coronada en uno de sus extremos por un espejo de agua y el llamado “Salón de Artes Escénicas” que en realidad no era sino un espacio separado del resto de la construcción por una endeble pared de madera con un entarimado y una serie de sillas plegables que hacían las veces de butacas. Fieles a nuestra búsqueda de espacios alternativos que rompan con la idea tradicional de un espacio teatral, decidimos evitar el uso del salón de artes escénicas a cambio de utilizar el edificio en su totalidad ubicando en distintos lugares del mismo todo el escenario que la obra requería y que en su conjunto, representaba las instalaciones de una prisión con sus patios, sus talleres, sus celdas y su pabellón terminal, lugar donde se llevaría a cabo la ejecución en la silla eléctrica. Dato importante es el hecho de que la silla eléctrica sería representada por una pieza elegida de la exposición de sillas de herrería metálica que casualmente se exponían en esos días como resultado del Taller de escultura en metal impartido por el maestro y artista plástico Gabriel Macotela en las instalaciones del propio FARO.
La obra dio comienzo con la proyección a través de un monitor de televisión, del video grabado por Armando Casas que mostraba la escena ya mencionada en la que un profesor de Derecho imparte su clase de Criminalística usando como base el caso de los anarquistas Sacco y Vanzetti quienes están a punto de ser ejecutados esa misma noche en la Prisión estatal de Massachusetts en los Estados Unidos de Norteamérica acusados de un crimen que no cometieron, al término de su exposición, el profesor es cuestionado con vehemencia por una alumna acerca de la injusticia que está a punto de suceder . Dicha alumna es representada por Lucia Andrea Morett y es esta su primera aparición escénica a nivel profesional más allá de las aulas universitarias.
Sería también la primera función de un proyecto que por su magnitud escénica nos rebasaba ya que, ante el resultado afortunado del uso experimental del espacio nos daríamos a la tarea, a partir de ese momento, de buscar un escenario a modo para hacer de este un espectáculo participativo en el que el público se pudiera integrar de manera directa con lo sucedido durante el desarrollo de la obra.
Curiosamente, Lucia Andrea Morett no asistió a la función de su debut.